lunes, 30 de diciembre de 2013

Cuando Jesús entra de forma creativa en nuestra historia nos abre nuevos caminos de esperanza… Y esta historia todavía continua…
Visión franciscana de la Navidad
Francisco de Asís sentía una profunda fascinación por todas las criaturas; desde esta fascinación contempló también el nacimiento de Jesús. La belleza de Dios estaba presente en la naturaleza y de modo particular en su fragilidad y la humildad. Estamos acostumbrados a contemplar a Dios como todopoderoso, omnipotente, omnisciente... Pero aquí, en el misterio de la encarnación, Dios ha elegido un nuevo paradigma de simplicidad, debilidad e impotencia, simbolizado en un bebé. Le hemos pedido a nuestro hermano José Ángel Echeverría, responsable de la actualización del Lexicon capuchino, que comparta con nosotros sus sentimientos sobre la Navidad. Esta fue su respuesta: "El que sabe hacerse niño, ve a través de los ojos de Dios. El Dios Creador, desprendiéndose de su omnipotencia, nos ha comunicado una nueva imagen de sí mismo. Una imagen de un niño pequeño que depende de sus padres y de otros muchos. El poder se trasforma en amor. Dios mismo quiere que cambiemos la visión que tenemos de Él. El poder se trasforma en amor: Dios es misericordia y pasión”.
Abrámonos y dejémonos tocar por la eterna sabiduría de la humildad afectuosa de nuestro Dios. Hay caminos de esperanza para nuestra fragilidad y nuestro sufrimiento. La vida es un valor siempre lleno de desafíos, el mayor de todos, descubrir la bondad escondida en todas las criaturas. André Ménard, teólogo capuchino francés, utiliza este criterio para hablar de la definición de la fe en san Buenaventura: "La fe según san Buenaventura reconoce la presencia oculta de Dios en todas partes, sobre todo en la creación".


Hay muchas maneras de manifestar al Dios oculto. El servicio humilde podría ser uno de ellos. Este es un tiempo oportuno para hacer este trabajo en el camino franciscano-capuchino. El hermano Mauro, nuestro Ministro General, en su reciente carta a la Orden sobre “La Gracia del Trabajo" nos dice en su número 7: “el trabajo no tiene solo un valor de subsistencia, el trabajo también nos proporciona sentido a la propia vida, contribuyendo a la realización de la propia humanidad… Es necesario que pidamos al Señor la gracia para hacer concreto y visible lo que afirmamos y predicamos con respecto a la obediencia, el sacrificio y la voluntad de servir hasta donar la propia vida por el crecimiento y la promoción de los otros. Aceptar la propuesta de un trabajo o un servicio fraterno interpela la dimensión misma de nuestra fe y exige una continua educación a la oblación y a la gratuidad”.
Sí, deberíamos trabajar como María y José. El tiempo de Navidad y de Año Nuevo, sin duda, nos ofrecen muchas oportunidades de servir a los demás, a veces, de una manera muy insignificante y humilde. Sería una buena manera de celebrar la Navidad y el Año Nuevo, identificarnos con los trabajadores humildes de nuestra sociedad en la que la gracia del Hijo encarnado está escondida de una manera mística.
Muchos elementos de nuestro mundo nos pueden llevar a la desesperación. Podemos tener experiencias y dificultades que nos acosen con sus dicotomías y con las incongruencias de las personas y las diversas situaciones de nuestra vida, pero el Espíritu de Dios encarnado, siempre está presente en este mundo y nos ayuda a estar conectados a la vida, de modo que este Espíritu nos revitalice. Durante este tiempo se nos brinda la oportunidad de llegar a nuestros hermanos y hermanas de la periferia, a las que en tantas ocasiones el Papa Francisco nos quiero llevar. No debemos perder la dimensión contemplativa de nuestras iniciativas. El P. Willie Doyle (famoso jesuita capellán de las fuerzas armadas que murió en acción en Francia en 1916 ) lo expresaba de la siguiente manera: Haced vuestra oración de forma simple, tan simple como sea posible; no deis vueltas a la cabeza, amad mucho, y rezaréis bien.

¡Nuestros mejores deseos en el intento de recorrer de forma nueva los caminos propuesto por  Jesús y San Francisco¡

lunes, 23 de diciembre de 2013


Hay una nueva imagen de Dios que solo pocos conocen... Dicen que Dios ha entrado en nuestra historia (Dios-­‐con-­‐ nosotros, Mt, 1,23) como un niño débil, pobre, impotente y frágil; pero con la capacidad de dar senFdo a nuestras vidas.
Aproximémonos a Él, experimentemos su amor y compartámoslo. Su gracia puede curarnos.
Os deseamos una navidad llena de senFdo y un nuevo año 2014 abundante de gracias.