“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores” (Sal 127) |
Actualmente diez monasterios, de diez conferencias de la Orden, se han comprometido a ofrecer su oración, cada uno por un día de la semana (mira el elenco). De este modo, cada día de la semana y por todos los días del año, nuestras hermanas colaboran activamente en sostener los trabajos de animación de la formación.
Juan Pablo Segundo escribía en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte:
“En la programación que nos espera, trabajar con mayor confianza en una pastoral que dé prioridad a la oración, personal y comunitaria, significa respetar un principio esencial de la visión cristiana de la vida: la primacía de la gracia. Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral misma: pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, « no podemos hacer nada » (NMI 38)
Los miembros del Secretariado agradecemos a las hermanas que nos han querido acompañar con la oración y que se han comprometido a recordarnos que debemos aplicar las palabras del grande Juan Pablo II en nuestro obrar. Al agradecer a los monasterios y a cada hermana que ha aceptado ser parte de esta iniciativa, extendemos la invitación también a otros monasterios, a hermanas y tambièen a los hermanos que quieran participar y ser parte de esta colaboración espiritual. “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores” (Sal 127). Recordémoslo todos y frecuentemente para hacer de nuestra vida y de nuestro actuar una obra según Dios. ¡Gracias de corazón!
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