martes, 19 de octubre de 2010

Colaboración espiritual con la II Orden

“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores” (Sal 127)
Hace poco ha nacido una iniciativa de colaboración espiritual entre el SGF y las hermanas Clarisas Capuchinas. Algunos monasterios dispersos por el mundo, después del pedido del SGF, han aceptado con gran entusiasmo la propuesta de formar una “rosa de oración” para sostener y ayudar el trabajo de animación que el Ministro General, a través del SGF y todo el UGF, realiza en el ámbito de la formación inicial y permanente de la Orden.
Actualmente diez monasterios, de diez conferencias de la Orden, se han comprometido a ofrecer su oración, cada uno por un día de la semana (mira el elenco). De este modo, cada día de la semana y por todos los días del año, nuestras hermanas colaboran activamente en sostener los trabajos de animación de la formación.
Juan Pablo Segundo escribía en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte:
“En la programación que nos espera, trabajar con mayor confianza en una pastoral que dé prioridad a la oración, personal y comunitaria, significa respetar un principio esencial de la visión cristiana de la vida: la primacía de la gracia. Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral misma: pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, « no podemos hacer nada » (NMI 38)
Los miembros del Secretariado agradecemos a las hermanas que nos han querido acompañar con la oración y que se han comprometido a recordarnos que debemos aplicar las palabras del grande Juan Pablo II en nuestro obrar. Al agradecer a los monasterios y a cada hermana que ha aceptado ser parte de esta iniciativa, extendemos la invitación también a otros monasterios, a hermanas y tambièen a los hermanos que quieran participar y ser parte de esta colaboración espiritual. “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores” (Sal 127). Recordémoslo todos y frecuentemente para hacer de nuestra vida y de nuestro actuar una obra según Dios. ¡Gracias de corazón!

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